Hortensia Fernández: Formar con el perfil de buenas personas

Por Mónica Ventosa

Con la idea de crear una escuela que ofreciera una alternativa diferente de educación en donde los alumnos tuvieran la oportunidad de crecer y pensar libremente fue como nación la escuela Freinet Prometeo. Hortensia Fernández Fuentes, coordinadora general y fundadora de la misma, comentó que en 1972 surgió la institución con solo 9 estudiantes, se trató de un jardín de niños que poco a poco fue creciendo.
 
Foto de Paula Carrizosa
Este domingo, la escuela cumplió 40 años de existencia y a pesar de la distancia, todavía muchos ex alumnos tienen contacto con sus ex maestras y llevan a sus hijos a estudiar ya que ahora cuenta con primaria y secundaria. Y es que el crecimiento del lugar se dio por la petición de los propios padres de familia que una vez que sus hijos concluían el jardín de niños pidieron que se ofreciera la formación primaria, y después ocurrió lo mismo con la secundaria.
El perfil con el que formamos no es uno solo, quizá podríamos decir que es el de formar buenas personas.
Parte de su ideología, es que en esta escuela los niños no sean considerados un número más, se toma en cuenta la pedagogía Freinet, en donde se le motiva al estudiante a explorar para conocer y aprender. Como psicóloga y especialista en el tema, la fundadora de la escuela Hortensia Fernández tomó la decisión, junto con su esposo de fundar la escuela ya que además tenían pequeños en edad escolar y no había lugares que los convencieran. Y con una frase, describe el  perfil de los egresados de esta escuela, en donde hay profesionistas en todas las áreas, desde las matemáticas, ciencias, humanidades, arte y cultura: los alumnos salen con un perfil de buenas personas.

La institución ubicada en el kilómetro 5 de la carretera a Valsequillo trabaja por formar a personas con pensamiento libre, capaces de razonar las decisiones que toma y acciones antes de llevarlas a cabo, es decir, no quieren la producción de sujetos en serie.

Bienvenidos todos

Educar en el arte, Centro Freinet Prometeo
Nuestro tulipán africano florece cuando vuelven los estudiantes.

Km 5 carretera a Valsequillo, San José Xilotzingo, Puebla, Pue., México Tel. (+52)2222451580 y (+52)2222457490 e-mail: informes.prometeo@gmail.com

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Una mentalidad de constructores

Texto de Celestin Freinet 

Yo me he quedado en contructor. Al orden demasiado civilizado de las tierras con los cultivos alineados y definitivos, yo prefiero los lugares de trabajo que transforman y animan los rincones incultivados, las plantaciones que vemos crecer, audaces y extensivas como una banda de niños y niñas en el bosque. A las construcciones confortables y metódicas , prefiero el abrigo que construyo por mi mismo, desde las raíces al techo y que modelo según mis gustos y necesidades, como esas viejas costumbres de las que no podemos separar porque están integradas en nuestros gestos y en nuestra vida. Yo soy constructor. Como todo el mundo: como el niño o la niña que construye una valla o una cabaña, como el albañil que silba en su andamio, como el alfarero que crea formas y el mecánico que da vida a su mecánica. Un terreno en el que no se construye es un terreno que muere. 

Constructores, constructoras
 La persona que ya no construye es una persona que la vida ha vencido y que sólo aspira a llegar al final contemplando el pasado difunto. Preparen a las generaciones de constructores que excavarán el suelo, subirán los andamios, lanzarán de nuevo hacia el cielo las valientes flechas de su ingenio, escrutarán el universo siempre orgulloso de su misterio. Equipen a sus clases con instrumentos de constructores, con levantadores de andamios, con ingenieros y con sondeadores de misterios. Aunque su escuela tenga que ser eternamente un lugar de trabajo, porque no hay nada tan exaltante como una cantera. Ya sé, los constructores están siempre en el suelo y se les acusará de desorden y de impotencia porque no tendrán con frecuencia la satisfacción de colgar el ramillete simbólico de la cima de su construcción. 

Las paredes no están blanqueadas, las ventanas aún no están cerradas y los tabiques de los pisos quizás aún están por levantar. Pero otros después de ustedes –y los mismos interesados- continuarán la obra si ustedes saben mantener en ellos la mentalidad de constructores invencibles. No hay nada tan exaltante como un lugar de trabajo, sobre todo cuando en él se construyen personas. Los constructores, las constructoras, nos comprenderán y nos ayudarán.